Cómo elegir el destino para una ruta en bicicleta
Improvisar y dejarse llevar está muy bien, pero la planificación de tu ruta en bicicleta te permitirá disfrutar más, conocer más lugares y medir bien tu esfuerzo. Porque hemos venido a pasarlo bien, no a darnos una paliza, ¿no? Así que, lo primero es lo primero: elige el destino.
Si te apetece conocer una zona en especial, o hay alguna ruta cerca de casa a la que es muy fácil llegar en tren, ¡adelante! Hay lugares espectaculares que muchas veces nos pasan desapercibidos. Investiga el terreno, la distancia, el nivel de dificultad y los puntos de interés. Si te cuadra todo, ya tienes objetivo. Inspírate con apps como Wikiloc o Komoot, en las que encontrarás miles de propuestas para todos los niveles.
Cómo estimar la duración de una ruta en bicicleta
📲 Aquí, además de la información que te pueden facilitar apps para encontrar rutas en bici como las que comentamos antes, toca tirar de sentido común. Si habitualmente no haces más de 50 km seguidos, no te pases de optimista y planifiques una ruta de 80 km con un montón de desnivel, ¿no? 😥 Y ya si hablamos de la duración total, dependerá del tiempo del que dispongas. Si tienes varios días puedes plantearte recorrer una zona peculiar y visitar sus pueblos y lugares más pintorescos. Si solo quieres hacer una ruta de un día, sal temprano y descansa en las horas de calor para dejar la vuelta para la tarde-noche. Ten en cuenta también el momento del año, por aquello de las horas de luz.
Entonces, resumimos:
🟢 Investiga las condiciones del terreno
Porque no cansa igual ni tiene la misma dificultad un camino con el pavimento muy roto que otro de tierra compacta, o que una carretera secundaria. Valora también el desnivel acumulado. Una ruta de pocos kilómetros se puede convertir en un auténtico rompe piernas si incluye un puerto. Eso sí, disfrutar de las vistas puede ser una buena motivación para subir a buen ritmo 🚵
🟢 Estima bien el tiempo y la distancia
Así tendrás una visión clara del esfuerzo necesario y podrás programar el itinerario de la forma más eficaz. Mira estos consejos para esta estimación:
- Velocidad promedio: calcula la velocidad media a la que planeas viajar, considerando el terreno y tu nivel de condición física.
- Duración de las paradas: ten en cuenta el tiempo que planeas dedicar a las paradas y descansos a lo largo del recorrido.
- Distancia total: calcula la distancia total de la ruta, incluyendo desvíos a puntos de interés adicionales.
🟢 Planifica las paradas e identifica puntos de interés
El cicloturismo es más que un reto deportivo, es una oportunidad de practicar un turismo diferente, a otro ritmo. Además, las paradas te permitirán recuperar fuerzas y poner a prueba los mejores platos de la gastronomía local. ¡Porque un ciclista siempre tiene hambre!
Por eso, incluye en la planificación de tu ruta esas paradas regulares para descansar, hidratarte y reponer energías, especialmente en rutas largas. Asimismo, señala los puntos de interés a lo largo del recorrido, como miradores, sitios históricos o zonas naturales que merezcan la pena 📷
De nuevo, tira de Wikiloc o Komoot, podrás consultar cómo es el terreno, qué lugares son recomendables para visitar y cuánto tiempo le ha llevado a otras personas una ruta similar, entre otra información útil.
🟢 Consulta la previsión del tiempo
Comprobar cuáles van a ser las condiciones meteorológicas y su impacto en la ruta es crucial para que el viaje sea lo más cómodo posible. Hay muchas apps que te pueden ayudar; pero. por ejemplo, la versión de pago de Komoot también te ayuda con esto al indicarte el tiempo que hará a lo largo de tu ruta 🌤
Según vaya a ser el día, y no solo nos referimos a la lluvia, también al viento que puede complicarte mucho el pedaleo, adecúa tu equipo. Lleva chubasquero y hasta cubre zapatillas si va a llover pero de verdad. Prendas térmicas si hay un bajón de temperaturas, y protección solar siempre, pero con más razón los meses en los que la radiación solar es más alta.
¿Cómo me preparo para una ruta en bicicleta? Tu estado físico y el equipamiento
Tanto si tienes en mente una ruta ambiciosa y exigente como si buscas más un paseo tranquilo para desconectar de la rutina, debes valorar tu forma física. Pedalear es un ejercicio cardiovascular continuado con el que es fácil que te quedes sin aliento si no coges la bici a menudo.
Por eso, para disfrutar lo más posible y sufrir lo mínimo, es buena idea que mejores ese fondo, que además trabajes la fuerza sobre todo para ganar en piernas, espalda y abdomen, y que pedalees siempre que tengas ocasión en terrenos similares a los que te vas a enfrentar en tu ruta o viaje.
Y, si tienes en mente cargar tu bici con alforjas y demás, entrena también con un peso similar al que vas a llevar. La cosa cambia de una bicicleta sin nada a otra con todas las cosas para acampar y cocinar.
Sobre el material, seguro que ya tienes el básico. Lo que es vestimenta, ya sabes, debe incluir casco, guantes, un buen culote si vas a pasar muchas horas pedaleando, manguitos y perneras por si prevés cambios de temperatura… En general, lo recomendable es ropa que transpire bien. Además, un kit de reparación de pinchazos es imprescindible, incluyendo bomba para hinchar. Por supuesto, necesitas algunos accesorios, como luces reglamentarias (blanca delantera y roja trasera), y llevar siempre agua suficiente, así como barritas, geles, frutos secos, plátanos y todo lo que veas que es fácil de comer y que da energía rápida.
Ah, y antes de salir, revisa bien tu bici. La presión de los neumáticos y el funcionamiento de los frenos son lo más obvio, pero una revisión general del estado de la transmisión no está de más. Engrasa las partes móviles y especialmente la cadena, para lo que debes valorar el clima. Porque no es lo mismo pedalear en terrenos húmedos y con previsión de lluvia que en aquellos más secos y polvorientos; aceite o cera, el eterno dilema 🚲
Asimismo, tanto si eres un clásico alforjero como si te has pasado al bikepacking, revisa bien que las bolsas estén firmes y estables y que nada sobresale o es susceptible de engancharse en una rueda. Te ahorrarás más de una caída tonta.
Hecho todo esto, y comprobado que tienes tu seguro de bici en regla, ¡a rodar!